Medidas extremas para evitar los contagios de Coronavirus. Postales increíbles en la ciudad con calles desiertas. Imágenes distópicas en el marco de la pandemia.
A tres años del decreto de la cuarentena obligatoria que generó un escenario inédito en el país y en Mar del Plata, LA CAPITAL realiza un repaso por el conjunto de medidas extremas implementadas por el Gobierno para evitar los contagios de Covid-19, las cuales dieron lugar a postales increíbles, prácticamente distópicas, al analizarlas hoy a la distancia.
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A comienzos de marzo 2020 la temporada veraniega empezaba a dibujar la recta final, después de una muy buena recepción de turistas en Mar del Plata: 1.272.018 turistas habían elegido la ciudad para pasar sus vacaciones durante febrero, generándose así la cifra más alta de turismo receptivo para el segundo mes del año, de acuerdo a las cifras proporcionadas por el Ente Municipal de Turismo (Emtur). Ya se hablaba de récord con 3,5 millones de turistas desde diciembre.
En consonancia, las ventas de las entradas para el teatro habían sido casi un 20 por ciento superior en comparación con el verano pasado, indicaba el productor Carlos Rottemberg, mientras que Mauricio Dayub con “El equilibrista” aparecía como el ganador de todos los premios, incluido el Estrella de Mar de Oro.
A nivel político, Alberto Fernández llevaba poco más de dos meses como presidente de la Nación y Guillermo Montenegro, flamante intendente municipal, brindaba su primer discurso de apertura de sesiones en el Concejo Deliberante.
Unos 100 mil chicos empezaban las clases en la ciudad, el boleto del colectivo costaba 23 pesos y el dolar oficial cotizaba alrededor de $64 y el turista a $84.
Las noticias provenientes del exterior anunciaban que muchas empresas habían adoptado el “home office” como estrategia preventiva contra el Covid19, un virus originado en China a fines de 2019, que no se sabía cómo había surgido pero que se propagaba por vía aérea.
En la primera semana de marzo, mientras Luis Lacalle Pou asumía como presidente en Uruguay, en Buenos Aires ya había 11 personas aisladas preventivamente por coronavirus, todos llegados desde el extranjero. En el mundo se empezaba a hablar de pandemia.
El 7 de marzo se registró la primera víctima en el país: un hombre que estaba internado en el hospital Argerich después de haber estado en Francia.
Mar del Plata se ponía en alerta y desde la secretaria de Salud municipal -encabezada por Viviana Bernabei- pedían “responsabilidad” a la población y recomendaban “aislamiento” para los viajeros que llegaban desde países dónde había “circulación viral”.
Asimismo, desde la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Mar del Plata (SEIM) conformaban un comité de crisis y recomendaban “lavarse las manos con agua y jabón y evitar tocarse la cara”. Todavía no aparecía el barbijo obligatorio en escena.
El 10 se registró el primer efecto Covid, con la suspensión de la Feria Internacional de Educación, prevista entre el 17 y 20 de marzo. También ese martes se registró el primer caso en estudio: un hombre de 71 años que había llegado de España y, tras llegar a Ezeiza, emprendió el viaje en el servicio de transporte Tienda León hasta Mar del Plata llegando en las primeras horas del lunes.
Como ya había viajado con síntomas compatibles con el Coronavirus, al arribar a la ciudad, lo fue a buscar un amigo que lo trasladó a una clínica privada. Y quedó internado mientras las muestras viajaban al Instituto Malbrán para su estudio. “En todo momento estuvo aislado: no fue a su domicilio”, contó en ese momento Bernabei.
El jueves 12 se declaró la pandemia y comenzaron algunos cambios de conducta que siguen vigentes hasta hoy, como la recomendación de no compartir el mate y lavarse las manos con frecuencia.
En tanto, en la ciudad se confirmaba el primer caso, el del hombre llegado desde España con síntomas, y se anunció la “suspensión de todos los eventos masivos en Mar del Plata hasta el 31 de marzo”. Así, el partido entre River y Aldosivi (que todavía militaba en la primera división) se jugó en el estadio Minella sin público. También se anunció la suspensión de la marcha del 24, el “Día de la Memoria”.
A través del 107, el SAME recibia 250 llamadas diarias y comenzaban a instalarse las medidas preventivas en los comercios de todos los rubros, apareciendo en primer plano los frascos con alcohol en gel sobre las mesas o mostradores.
El 14 de marzo la ciudad estaba semiparalizada, con suspensión de clases en todos los niveles y de eventos para más de 200 personas. También se habían cancelado espectáculos; congresos y charlas; actividades en salas de juego, museos, teatros y bibliotecas.
El 15 se cerraron las fronteras del país, el presidente de la Nación anunció la suspensión de las clases y en Mar del Plata la de la tradicional Falla Valenciana.
Al otro día, se colapsaron los mayoristas ante la voracidad de la gente para “stockearse” de conservas, fideos y elementos de limpieza. También se anunció la suspensión del acto del 2 de abril y los trámites para obtener el registro de conducir y se dispuso la comunicación diaria de un informe del área de Salud: nacían los partes con los datos cotidianos.
El 18, desde la tapa el diario LA CAPITAL anunciaba “Mar del Plata al borde de la cuarentena” ante la disposición del intendente municipal de cerrar shoppings, restaurantes, bares, balnearios, cines, confiterías, cervecerías, pizzerías, gimnasios y piletas. Funcionaban los deliverys.
Asimismo, Guillermo Montenegro le pedía a los turistas que “no vengan el fin de semana largo” mientras que el gobierno nacional suspendía los servicios de trenes, micros de larga distancia y vuelos de cabotaje. A su vez, se comunicaba que los hoteles solo podrian recibir a extraanjeros no residentes en el pais.
En tanto, en la ciudad solo podían circular los colectivos con pasajeros sentados y se establecieron controles en las rutas para “desalentar movimientos”. También se suspendieron las zarpadas de buques pesqueros y las misas y celebracón de matrimonios.
El 19 todos los diarios publicaron una tapa celeste “Al virus lo frenamos entre todos. Viralicemos la responsabilidad”, mientras que se les pedía a los mayores de 65 años que se queden en su casa. Mientras aumentaban los controles en los ingresos a la ciudad a medida que crecía la actividad de los deliverys.
Al primer minuto del viernes 20 comenzó a regir el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) anunciado por Alberto Fernández un día antes. Los accesos a Mar del Plata se vallaron y las calles se colmaron de vigilancia, incluso ejercida muchas veces por los propios vecinos.
Se prohibió la entrada de turistas y surgieron los esenciales: personal de salud; seguridad; defensa; migraciones; bomberos, periodistas; autoridades superiores del Estado; mínimo personal del Poder Judicial y diplomáticos; personas que asistían a otras; industria alimenticia y de limpieza; transporte público para exceptuados; estaciones de servicio; servicios postales y cajeros automáticos.
En la ciudad, con solo 1 caso y 800 en cuarentena en forma preventiva, solo quedaron abiertos supermercados; almacenes; farmacias; veterinarias; ferreterías y comercios de proximidad.
“La Feliz” mostraba una postal desconocida, con calles desiertas y temperatura casi veraniega, con policías controlando y el intendente advirtiendo que “ir a la playa es delito”.
Ya el lunes 23 se hablaba de extender la cuarentena mientras que los comercios reducían los horarios de atención, con la costa desierta, llena de policiales controlando y un fin de semana largo sin turistas. Claro que en muchos de los barrios más alejados casi no se cumplía con el aislamiento.
El 24 se registró la primea víctima en Mar del Plata: José “Jacho” Bensadon, el hombre de 71 años que permanecía internado desde su llegada de España y comenzaron a pedir “auxilio” los argentinos varados en el exterior. En el pais, los muertos por Covid sumaban 6.
Por goteo, comienzan a aumentar los casos en el país, mientras que en Mar del Plata llevaron a los “sin techo” a los hoteles de Chapadmalal.
El 28 se registró el segundo fallecido por Covid en la ciudad y el 29 se anunció la primera extensión de la cuarentena hasta el 13 de abril.
Asimismo, se acondicionaron los hoteles sindicales para alojar a los casos leves. Los móviles policiales circulaban por las calles reclamando a la gente que no salga de sus casas y en los ingresos a los comercios se tomaba la temperatura corporal y rociaban las manos con alcohol en gel.
La población comenzaba a familiarizarse con palabras como sanitizante, distancia social, aislamiento preventivo, mientras el gobierno reclamaba que se cumpla con el encierro para evitar el colapso de la capacidad sanitaria, generando miedo, y lo que colapsó fue la economia y la mente de muchos. Según datos oficiales, por Covid en Argentina hubo 130 mil muertos.